Roma, un escenario eterno para el amor de Celia y Adrián
Cuando se trata de capturar el amor en su máxima expresión, pocos lugares igualan la magia de Roma. Celia y Adrián eligieron esta ciudad eterna para su sesión postboda, y no podría haber sido más perfecto. Sus calles adoquinadas, monumentos históricos y el suave resplandor de la luz romana envolvieron cada instante, creando una atmósfera que parecía sacada de un sueño.
Como fotógrafos, nuestro reto siempre es capturar más que momentos; buscamos inmortalizar emociones y contar historias. En esta ocasión, la sinergia entre Celia, Adrián y la atmósfera de Roma fue un regalo único. Cada encuadre parecía tener vida propia, desde los reflejos dorados de la Fontana di Trevi hasta los tonos cálidos del atardecer sobre el Tíber.


La conexión entre los novios y este lugar icónico fue simplemente mágica. Celia, con un vestido de novia diseñado por Jesús Peiró, zapatos de What For, y un tocado único de Marcela & Co, irradiaba elegancia y estilo. Adrián, a su vez, complementaba a la perfección este cuadro romántico con su presencia tranquila y segura. Juntos, se integraron de manera armónica en los paisajes de Roma, desde el Coliseo hasta los jardines de Villa Borghese, creando imágenes cargadas de belleza y significado.
La ciudad no solo fue un telón de fondo, sino un personaje más en esta historia de amor. Su energía vibrante y su historia milenaria dieron un toque especial que hizo que el resultado fuera excepcional. El resultado final es un testimonio de cómo, cuando se unen un escenario inolvidable, una pareja extraordinaria y una fotografía cuidadosamente pensada, se crean recuerdos que trascienden el tiempo.
¿Te imaginas una postboda en un lugar tan emblemático? Con Celia y Adrián, Roma se convirtió en un poema visual.

















